Es la expresión más pura de la Ribeira Sacra, Galicia. Un vino que nace de viñedos en terrazas escarpadas y se elabora con mínima intervención, respetando al máximo su origen. En su versión tinta, predomina la Mencía (80%), acompañada de Garnacha Tintorera, Merenzao y Brancellao, dando lugar a un vino fresco, frutal y con sutiles notas especiadas. Su fermentación en fudres de 5.000 litros y crianza sobre lías durante nueve meses le aportan profundidad y elegancia. El blanco, un coupage de Treixadura, Albariño, Godello y otras variedades autóctonas, destaca por su untuosidad, frescura y marcada mineralidad, reflejo de los suelos de granito y pizarra del cañón del Sil. Una producción limitada que captura la esencia de este territorio único.